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El tratamiento postparto es un conjunto de cuidados y terapias dirigidas a la mujer después del embarazo y el parto, con el objetivo de restablecer su bienestar físico, funcional y emocional. Esta etapa es una de las más delicadas para el cuerpo femenino, que ha pasado por grandes cambios hormonales, estructurales y musculares, especialmente en la zona abdominal, el suelo pélvico y la columna.
Recibir una atención adecuada durante el postparto es fundamental para prevenir complicaciones futuras, aliviar molestias y recuperar la calidad de vida. Cada cuerpo vive el proceso de manera distinta, por lo que el tratamiento postparto debe adaptarse a las necesidades de cada mujer, teniendo en cuenta su parto, el tipo de recuperación que necesita y su ritmo personal.
Durante el embarazo y el parto, el cuerpo experimenta un gran esfuerzo físico. Se produce un estiramiento del suelo pélvico, cambios en la postura, alteraciones hormonales y una presión abdominal que puede generar lesiones si no se atienden a tiempo. El tratamiento postparto es clave para revertir estos efectos, reducir el riesgo de disfunciones y lograr una recuperación global.
No se trata únicamente de "volver a estar en forma", sino de restaurar funciones vitales como la continencia urinaria, la estabilidad del core, la alineación postural o el tono muscular. Además, el postparto también puede afectar al estado emocional, y un buen acompañamiento fisioterapéutico puede ayudar a mejorar la confianza corporal y la conexión con uno misma.
Iniciar un tratamiento postparto adecuado también favorece una mejor gestión del estrés, mejora la calidad del sueño y reduce la aparición de molestias comunes como el dolor lumbar, la pesadez en la pelvis o las tensiones en el cuello y espalda por la lactancia y el cuidado del bebé.
La fisioterapia juega un papel esencial en el tratamiento postparto. Su abordaje es integral y se adapta tanto a mujeres que han tenido un parto vaginal como a las que han pasado por cesárea. Cada tipo de parto deja sus propias huellas en el cuerpo y requiere un enfoque personalizado.
Las áreas más comunes que se trabajan en fisioterapia postparto son:
Suelo pélvico: fortalecimiento, reeducación muscular y mejora de la continencia.
Abdomen: cierre de la diástasis abdominal y tonificación del transverso profundo.
Columna vertebral: corrección postural y alivio de molestias en la espalda.
Cicatrices: tratamiento de adherencias en la zona de cesárea o episiotomía.
Movilidad general: recuperación del rango de movimiento y mejora de la flexibilidad.
Control respiratorio y relajación: para mejorar el tono muscular y el bienestar emocional.
Cada intervención se adapta al momento de recuperación en el que se encuentra la mujer, y siempre se realiza tras una valoración fisioterapéutica que evalúe el estado del suelo pélvico, el abdomen y la postura global.
El tratamiento postparto puede comenzar tan pronto como la mujer se sienta lista y cuente con la aprobación de su equipo médico. En general, se recomienda esperar entre 4 y 6 semanas tras un parto vaginal, y entre 6 y 8 semanas en el caso de cesárea, aunque siempre dependerá del estado general y de si existen complicaciones.
Lo ideal es realizar una valoración postparto lo antes posible para detectar posibles alteraciones que no siempre generan síntomas, como la diástasis abdominal o las disfunciones del suelo pélvico. Cuanto antes se detecten, más efectiva será la intervención.
Aunque muchas mujeres llegan a consulta meses después de haber dado a luz, nunca es tarde para iniciar un buen tratamiento postparto, ya que sus beneficios pueden notarse incluso años después del embarazo.
Antes de iniciar cualquier tratamiento postparto, es imprescindible realizar una valoración fisioterapéutica individualizada. Esta exploración permite conocer en qué estado se encuentra el cuerpo tras el embarazo y diseñar un plan de recuperación adaptado.
Una valoración completa puede incluir:
Evaluación del suelo pélvico mediante exploración externa e interna.
Medición de la diástasis abdominal y tono del core.
Análisis postural y movilidad de la columna.
Revisión de la cicatriz de cesárea o episiotomía, si la hay.
Valoración de hábitos posturales durante la lactancia o el porteo.
Evaluación del estado emocional y nivel de fatiga.
A partir de esta información, se establece un programa de tratamiento personalizado, que puede incluir sesiones individuales, ejercicios guiados, educación corporal y seguimiento continuo.
El tratamiento postparto en fisioterapia combina diversas técnicas manuales y activas que se seleccionan según la evolución de cada paciente. No hay un protocolo único, sino una combinación de herramientas ajustadas a cada mujer.
Algunas de las técnicas más empleadas son:
Ejercicios hipopresivos: ayudan a activar el suelo pélvico y reducir la presión abdominal.
Terapia manual abdominal y pélvica: para liberar tensiones y mejorar la movilidad.
Ejercicio terapéutico guiado: para ganar fuerza, equilibrio y estabilidad.
Reeducación postural: especialmente útil en madres que cargan al bebé con frecuencia.
Electroestimulación: en casos de debilidad pélvica o incontinencia leve.
Tratamiento de cicatrices: para evitar adherencias que afecten el movimiento.
La fisioterapia también incluye educación, enseñando a la paciente cómo proteger su suelo pélvico en la vida diaria, cómo moverse sin generar presión innecesaria o cómo respirar correctamente para facilitar la activación del abdomen profundo.
El tratamiento postparto bien enfocado aporta beneficios a corto y largo plazo. Más allá de la recuperación física, muchas mujeres encuentran en estas sesiones un espacio de cuidado personal que mejora su bienestar integral.
Entre los beneficios más importantes se encuentran:
Mejora del tono muscular del suelo pélvico y la faja abdominal.
Prevención o tratamiento de la incontinencia urinaria.
Reducción del dolor lumbar, pélvico o cervical.
Corrección de la postura y prevención de sobrecargas.
Mayor conciencia corporal y control del movimiento.
Mejor cicatrización y funcionalidad tras cesárea o episiotomía.
Incremento de la autoestima y conexión con el cuerpo.
Además, un buen tratamiento postparto permite retomar la actividad física habitual de forma segura, evitando lesiones por entrenar antes de tiempo o con una musculatura aún inestable.
El postparto es una etapa de adaptación intensa. En medio del cuidado del bebé, muchas veces se deja en segundo plano el bienestar de la madre. Sin embargo, cuidar el cuerpo y recuperar su equilibrio es una forma de estar mejor física y emocionalmente para afrontar los nuevos retos de la maternidad.
El tratamiento postparto no solo corrige alteraciones, también ayuda a reconectar con el cuerpo, a entender sus cambios y a respetar sus tiempos. Es una inversión en salud presente y futura.
En Tecum Salud, entendemos que el postparto es una etapa que requiere atención especializada, tiempo y escucha. Por eso, ofrecemos un enfoque integral de tratamiento postparto, adaptado a cada mujer, con un equipo de fisioterapeutas formadas en suelo pélvico y salud perinatal.
Realizamos valoraciones completas, diseñamos planes de tratamiento personalizados y acompañamos tu proceso de recuperación con técnicas avanzadas y un trato humano y cercano.
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